Esta es la historia de dos días y una noche en la vida de Los Beatles, que fue pensada únicamente como negocio, pero...
“Anochecer de un día agitado” o “Yeah! Yeah! Yeah!”, como se llamó en países de habla hispana, se estrenó exactamente hace 50 años en Gran Bretaña. Fue la primera película del grupo que, en esos momentos, hacía renacer el rock and roll y se constituía en el gran referente de millones de jóvenes en todo el mundo. Y más allá de sus discutidos valores artísticos, lo cierto es que se constituyó en una bisagra: se transformó en un hecho histórico, mucho más que el mero negocio original.
El largometraje dirigido por Richard Lester es rudimentario, pero ya plantea en 1964 algunas innovaciones en el género. “Anochecer...” no se parece en nada a los musicales que, por ese entonces, rodaba Elvis Presley, por ejemplo.
Las persecuciones musicalizadas (al estilo de las comedias mudas) aparecen desde los primeros minutos, cuando John Lennon, George Harrison y Ringo Starr corren hacia la estación de tren donde los espera Paul McCartney con su “abuelo”. Y qué mejor chiste para empezar que la personalidad del abuelo McCartney (Wilfred Brambell): un anciano malvado, jugador, mujeriego y pendenciero que mantendrá, en cada minuto de la película, su horrible cara y su temeraria seriedad. Y después, las corridas de los cinco para escapar de los fanáticos, las conferencias de prensa, la contestación de las cartas de admiradores y la actuación en televisión (con participación del abuelo y todo).
No hay mucho más que eso en el guión que escribió Alun Owens. Es una gran dosis de humor de época, absurdo, pero, sobre todo, las canciones del grupo que todos querían escuchar.
Durante menos de 90 minutos desfilan los chistes internos de la banda, hay referencias al Swinging London (la ciudad y su ritmo) y las secuencias musicales, que son las que más interesan, preanuncian al videoclip (como cuando Los Beatles cantan “I should have known better” en el vagón del guarda del tren), lo que transforman al filme no sólo en un testimonio de uno de los cambios fundamentales que se producirían en la cultura popular en la década del 60, sino que también sentó las bases del comportamiento de numerosas bandas musicales (y de las estrategias de imagen de ellas) en la actualidad.
Ganancias
La película se estrenó mundialmente en Londres el 6 de julio de 1964, convirtiéndose en el éxito esperado. United Artists tuvo una ganancia del 200% sobre el costo del filme (no superó los U$S 500.000) solamente con las ventas adelantadas del disco, antes de que se estrenara la película, y en su primera semana, recaudó U$S 8 millones.
Quienes defienden al filme, recuerdan que Lester era un director norteamericano que daba sus primeros pasos en el Reino Unido. Señalan que hay una ruptura con las convenciones de la comedia y del musical. Y del concepto de ficción como opuesto al documental, si se toma en cuenta que gran parte de lo que acontece en la película les sucedía por aquellos años a John, Paul, George y Ringo.
El humor
“Anochecer...” es una realización en el que el humor está presente en todo momento. Primero, en la contraposición de edades y actitudes del abuelo y los jóvenes “melenudos”. Segundo, en la burla (hacia y entre ellos mismos, en especial de Ringo), y en el chiste fácil, casi infantil, presente en cada línea de diálogo (ejecutados con mucha gracia, a pesar de que los cuatro de Liverpool no eran actores). Tercero, en el absurdo a lo Lewis Carroll que puede observarse en la mayoría de las escenas: Los Beatles haciendo morisquetas desde fuera del tren en movimiento a su antipático compañero de camarote o George confundido con un aspirante a actor en la televisión. Un cuarto recurso humorístico es la repetición: el manager del grupo, obsesionado con echarle la culpa de todo a John; el abuelo de Paul, que provoca que todos comenten que es “limpio”; o las corridas de los chicos seguidos por la policía mientras un ladrón intenta robar un auto.
“Anochecer...” es, en suma, una verdadera comedia de situaciones.
UN RODAJE EN SEIS SEMANAS
- Pensada para explotar el fenómeno.- El 2 de marzo de 1964 empezó el rodaje de la película, y duró solamente seis semanas. Curiosamente, Richard Lester tuvo control total sobre el filme, circunstancia debida seguramente al único interés que perseguían los productores: explotar al máximo el fenómeno “beatle”, sin importar el nivel artístico del filme. La primera semana de rodaje fue en un tren que viajaba entre Londres y Minehead. El tema “Can’t buy me love”, donde la banda aparece corriendo y saltando, se grabó el 23 de abril de 1964, en un campo de deportes de Isleworth, Middlesex.
- El vértigo de la fama.- Filmada en blanco y negro en 1964, resulta excitante y admirable. Medio siglo después, la película de Richard Lester, con sus aceleraciones, zooms, primerísimos planos y angulaciones insólitas, transmite el vértigo de la fama que acechaba a Los Beatles de una manera absolutamente moderna.
- Distintos a Elvis.- Los Beatles no querían hacer la clásica película de músicos a la usanza de los protagonizados por Elvis Presley. “Detesto esas películas en las que todo el mundo se pone a cantar sin ninguna razón, con la orquesta que surge de ninguna parte”, dijo George Harrison.
- “Se escribía sola”.- “Estuvimos con ellos en el mismo hotel, en el mismo piso, en sus mismos autos y detrás del escenario donde tocaban. La película se escribía sola frente a nosotros”, afirmó Richard Lester.
CURIOSIDADES
Extrañamente, llegó a la provincia en el mismo año del debut en londres
No se sabe por qué, pero la película fue estrenada en Tucumán el mismo año que en Londres, apenas poco menos de tres meses después de su debut mundial. Ese hecho ocurrió en un tiempo en el que las grandes realizaciones llegaban a la ciudad un par de años después, por lo general. Gustavo Ovejero tiene el recuerdo fresco, porque todos los datos están anotados en su cuaderno. “Se estrenó el lunes 29 de septiembre de 1964 en el cine Plaza, y tuvo como complemento ‘Una voz en la sombra’ que era un éxito de Sidney Poitier”, cuenta el crítico de cine. El experto también tiene registrado que concurrió a la sala el sábado tres de octubre, y que, por supuesto, estaba llena. “Acordate que en esa época no había televisión, y el cine se llenaba, más todavía los fines de semana”, advierte durante una conversación con LA GACETA.La película de Los Beatles se estrenó aquí, como en otros países, con el título “Yeah! Yeah! Yeah!” (en inglés se tituló “A Hard Days Night”); en algunos países de habla hispana se denominó “Anochecer de un día agitado”.
- ¿Por qué cree que se estrenó casi simultáneamente?
- No lo sé, es un caso raro, definitivamente, porque fue una excepción. Me acuerdo que para las grandes películas había que esperar mucho, como “Lawrence de Arabia”, que se estrenó en Europa en 1962 y aquí en 1964.- ¿Qué tipo de filme le pareció?- No era una buena película de Richard Lester. Era sólo un buen entretenimiento, pero no pasaba de eso. Tampoco fue buena “Socorro” (“Help”, otro filme de la beatlemanía).
- ¿Qué repercusión tuvo?
- Mirá, era el tiempo del boom de Los Beatles. Yo tenía 14 años y cursaba el tercer año en el Gymnasium Universitario. Me acuerdo que varios compañeros fueron a verla y que se la comentaba mucho en el curso. De todos modos, el cine Plaza la tuvo solamente una semana en cartel, aunque en esa época esa era la política de la sala: cada película duraba sólo una semana.